Ecourbanismo: cómo crear ciudades sostenibles
Las ciudades juegan un papel fundamental en el medio ambiente. Según informa ONU-Habitat, estas son responsables del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero y consumen el 78% de la energía mundial, con una extensión de apenas un 2% de la superficie de la Tierra.
Dado que el urbanismo es una de las causas que más repercuten en el cambio climático, es imprescindible que modelos de desarrollo urbano sostenibles tomen cada vez más protagonismo. Así es como nace el concepto de ecourbanismo, que engloba todas las áreas y acciones que fomentan un desarrollo eficiente de las ciudades y son amigables con el medioambiente.
Por qué es necesario un desarrollo urbano sostenible
Puesto que los recursos naturales son limitados, los conceptos naturaleza y desarrollo no pueden entenderse separadamente. El crecimiento debe ser coherente con la capacidad de su ecosistema y debe haber un equilibrio que evite el agotamiento de los recursos y el colapso.
Expertos en urbanismo, demografía y arquitectura defienden arduamente la implementación de modelos sustentables que sostengan el crecimiento exponencial de las grandes urbes.
Así, el objetivo del ecourbanismo es, en última instancia, mejorar nuestra calidad de vida sin renunciar a ese equilibrio entre la protección del medioambiente y el desarrollo urbanístico.
Ámbitos de actuación del ecourbanismo
Existen diferentes áreas de trabajo en las ciudades para, bajo una gestión adecuada de los recursos urbanos, poner en práctica su desarrollo sostenible. Desde una construcción responsable de edificios eficientes hasta la implementación de estructuras y planes que fomenten el reciclaje, el transporte público y reduzcan la huella de carbono de sus ciudadanos.
Veamos cuales son las principales aplicaciones del ecourbanismo.
Construcción bajo los principios de la arquitectura sustentable
El ecourbanismo se manifiesta en la edificación a través de los principios de la arquitectura bioclimática, que basa el diseño de edificios en su entorno medioambiental. Es decir, pretende lograr el máximo confort en el interior mientras se reduce la huella de carbono del edificio sin renunciar a su diseño y estética.
Este criterio debe regir el proyecto urbanístico y abarca factores como la elección del emplazamiento, las técnicas constructivas, los materiales, la orientación, etc. Algunas de las claves a tener en cuenta son:
- Reducir el consumo de energía en pro de la autogeneración de renovables. Así logramos reducir el consumo energético mediante, por ejemplo, la instalación de placas solares en las cubiertas o de jardines verticales para canalizar el drenaje del edificio.
- Incluir vegetación a través de cubiertas verdes. Es importante reconocer el valor de la vegetación como aislante térmico y acústico desde el exterior al interior del edificio.
- Facilitar la gestión y el reciclaje del agua y el tratamiento de residuos. Por ejemplo, separar las aguas pluviales o realizar su depuración con maquinaria biológica verde.
- Optimizar la eficiencia energética del edificio trabajando su aislamiento térmico o su orientación, entre otros factores. Estos se manifiestan, por ejemplo, en el tipo de iluminación, cerramientos o suelos.
- Buscar la mejor orientación y fomentar la ventilación cruzada. La dirección del viento y su aprovechamiento condiciona el sistema de ventilación de los edificios, regulando y mejorando la climatización interior al equilibrar la humedad del aire.
- Elegir materiales eco-friendly que sean acordes al entorno. Es conveniente priorizar materiales naturales en detrimento de los procesados, de mayor impacto ambiental.
Estas son algunas de las posibilidades que ofrece la arquitectura sostenible como pieza clave en el ecourbanismo. Además de ser clave en proyectos de nueva construcción, no debemos olvidar la importancia de la rehabilitación residencial de edificios ya existentes. No existe nada más sostenible que reciclar, y la rehabilitación es aplicar el reciclaje a la construcción urbana.
Trazado urbano, vegetación y agua
El trazado o morfología urbana de las ciudades es clave también para favorecer urbes saludables. El clima de la zona debe condicionar la orientación de las fachadas o la inclusión de patios, entre otras claves. Las calles estrechas resultan más frescas porque protegen del soleamiento. Los chaflanes, que unen oblicuamente los lados de las manzanas eliminando sus esquinas, y las tramas urbanas con calles amplias y espacios verdes, deben mantener una buena proporción.
El tipo de trazado puede facilitar o dificultar incluir otros elementos en pro de la sostenibilidad, como son espacios para compostaje comunitario o espacios verdes de uso libre ciudadano.
En cuanto a la vegetación, es importante contar con arbolado, zonas verdes y fuentes que humedezcan y refresquen el ambiente. La presencia de estos elementos otorga espacios de ocio variado a los ciudadanos y favorece su bienestar emocional. Aparte, da respuesta a las necesidades de humedad y evaporación ambiental de cada zona.
Por último, el trazado de la ciudad debe fomentar el uso del transporte público, en detrimento de los vehículos privados. Un ejemplo de ello serían las supermanzanas. Estas se componen de complejos residenciales que cuentan con una zona peatonal amplia, zonas ajardinadas y tráfico limitado. Al limitar el tráfico vehicular y diferenciar una red para cada medio de transporte, se desvía el tráfico de paso y se gana espacio para los peatones. Entre sus ventajas están la mejora de la seguridad vial y de la movilidad peatonal y la reducción de las emisiones de CO2 y de ruido.
Estas son algunas de las claves que ofrece el ecourbanismo para fomentar un desarrollo ecológico y sostenible de las grandes urbes. Cada vez más extendido, algunas localidades pioneras en desarrollo urbano ecológico son las ciudades alemanas de Hamburgo, con el barrio de Kronsberg, y Friburgo. Japón destaca en bioconstrucción y ecourbanismo con su ciudad de Fujisawa. En España destacan las supermanzanas de Barcelona o los anillos verdes de Vitoria o Madrid.
Cada vez más ciudades se suman a esta concienciación con proyectos de rehabilitación de barriadas bajo criterios de ecourbanismo y arquitectura bioclimática, tanto en la construcción como en la proyección del trazado territorial. Son pasos necesarios para alcanzar una entorno saludable en las grandes ciudades, que fomenten hábitos beneficiosos tanto para nuestra salud como para el medioambiente.