¿Cómo afrontan los arquitectos el campo de la sostenibilidad?

La arquitectura sostenible supone una serie de retos para la sociedad moderna en general y, concretamente, para los arquitectos. Cada vez es más patente la necesidad de una nueva forma de arquitectura, una que genere edificios eficientes que no contribuyan a acrecentar la contaminación. Así, construimos un futuro mejor y brillante. ¿En qué consiste esta arquitectura?

¿Qué es la arquitectura sostenible?

Se trata de una tendencia arquitectónica que aparece en los años 60 y 70 y es el resultado del crecimiento de la concienciación sobre la ecología. Como sabrás, el ser humano está contribuyendo con su actividad al deterioro de los ecosistemas del planeta y al calentamiento global, algo que también le afecta a él mismo. Por esto, se empezó a especular con una forma de construir de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Así, se fueron creando técnicas de construcción que facilitaran la reducción del consumo energético, su aprovechamiento y la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero. Además, también se introdujeron materiales con menor impacto ecológico y se priorizaron los reciclables, como es el caso de la cerámica.

Gracias a este tipo de arquitectura, es posible mejorar la eficiencia energética de cualquier edificio. En muchos casos se aprovechan las características naturales del emplazamiento, como conocer la vertiente de la construcción de mayor insolación, para lograr la tan ansiada sostenibilidad. No obstante, este tipo de arquitectura se enfrenta a una serie de retos, los cuales merece la pena que conozcas.

¿Qué retos afrontan los arquitectos?

Ahora que tienes un mínimo contexto, cabe destacar que los arquitectos deben superar una serie de retos para implementar este tipo de arquitectura. Uno de ellos, quizás el de más importancia, es el acondicionamiento y rehabilitación de edificios existentes. Muchos no cumplen con las necesidades de sostenibilidad, por lo que hay que encontrar formas de introducir los cambios sin destrozar la estructura del edificio en el proceso.

Un buen ejemplo es la instalación de fachadas volantes, las cuales dan un aspecto moderno a cualquier edificio y garantizan la eficiencia energética. Por otro lado, la búsqueda de la mejora en materiales no parece terminar. Existen materiales respetuosos con el medio ambiente, los cuales logran atrapar en su interior dióxido de carbono, como es el caso del hormigón. Sin embargo, es más importante aún pulir su proceso de fabricación para que sea poco contaminante.

Por último, este tipo de arquitectura no solo debe resultar sostenible, sino que también debe garantizar la habitabilidad y la comodidad humana. De nada sirve un edificio de bajo consumo y sostenible si nadie quiere habitarlo por no resultar aceptable.

En definitiva, la arquitectura sostenible cada vez tendrá una mayor importancia. No obstante, los arquitectos tendrán que sortear diferentes retos antes de llegar a soluciones ampliamente aceptadas.

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